3 curiosidades del mundo de las apuestas
Para cerrar la semana hoy os traigo algo que aunque está relacionado con el mundo de las apuestas, no tiene nada que ver con cuotas, pronósticos, resultados o cualquier otra cosa de la que suelo hablaros normalmente entre semana. Hoy quiero hacer un break y contaros tres curiosidades del mundo de las apuestas que posiblemente no conozcáis.
Comenzamos por la que puede ser una de las noticias más irreverentes de cuantas podamos ver dentro del mundo de las apuestas, especialmente en cuanto a cuotas se refiere. Nos lleva hasta antes del año 2000, cuando un chico llamado Matthew Dumbrell entró a una casa de apuestas y no se le ocurrió otra cosa que apostar a que el mundo se acabaría el primer día del año 2000.
La casa de apuestas aceptó, dado que, en caso de ser cierto, al final no habría ni pagador ni tampoco beneficiario. Por ello le ofrecieron la que está considerada como la cuota más alta hasta la fecha, 1.000.000:1. Obviamente, el apostante perdió, aunque tengo que decir que la casa de apuestas no debió aceptar esa apuesta. Lo que no trascendió fue la cantidad apostada.
Apuestas y la llegada del hombre a la luna
En el año 1964 David Threlfall entró en uno de los establecimientos de William Hill y preguntó si podía hacer una apuesta en la que el hombre pudiese llegar a la luna antes de siete años. Estudiaron su propuesta y le ofrecieron una cuota de 1001:1 libras.
Apostó 10 libras y como sabéis, en 1969 el hombre pisó la luna, lo que hizo que Threlfall se embolsase más de 10.000 libras. La suerte le sonrió, pero no del todo dado que con su ganancia se compró un deportivo, en el que falleció tras un accidente.
Finalizamos con algo de lo que se pude considerar como la suerte del principiante. En esta ocasión nos vamos hasta Las Vegas, donde Jessica Agbunag, una chica de 24 años que se desplazó a esta ciudad para para honrar a su abuela, entró a un casino, apostó unas monedas a una tragaperras y ganó más de 2 millones de dólares al ganar un jackpot acumulado.